OCTAVO DÍA:

Hoy, tráeme a las almas que están en la cárcel del Purgatorio y sumérgelas en el abismo de mi misericordia. Que los torrentes de mi sangre refresquen el ardor que las abrasa. Todas estas almas son muy amadas para mí. Ellas cumplen con el justo castigo que se debe a mi Justicia.

Está en tu poder llevarles alivio. Haz uso de todas las indulgencias del tesoro de mi Iglesia y ofrécelas por ellas. ¡Oh, si conocieras los tormentos que ellas sufren! Ofrecerías continuamente por ellas las limosnas del espíritu y salvarías las deudas que tienen con mi Justicia.

ORACIÓN:

Jesús Misericordiosísimo, Tú mismo has dicho que deseas la misericordia, y aquí estoy ahora yo, que llevo a la morada de tu compasivísimo Corazón a las almas del purgatorio, almas que te son muy queridas, pero que deben pagar su culpa, adeudada a tu Justicia.

Que los torrentes de sangre y agua que brotaron de tu Corazón, apaguen el fuego del purgatorio, para que también allí sea glorificado el poder de tu Misericordia.

Padre Eterno, mira con misericordia a las almas que sufren en el Purgatorio y que están encerradas en el compasivísimo Corazón de Jesús. Te suplico, por la dolorosa pasión de Jesús, tu Hijo, y por toda la amargura con la cual su sacratísima alma fue inundada, muestra tu misericordia a las almas que están bajo tu justo escrutinio. No las mires sino a través de las heridas de Jesús, tu amadisimo Hijo, ya que creemos que tu bondad y tu compasión no tienen límites. Amén.

CORONILLA:

Usando las cuentas del Rosario empezamos con:
Padrenuestro – Ave María – Credo (de los Apóstoles)

  • Al comenzar cada misterio rezamos:

Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, en expiación de nuestros pecados y los del mundo entero.

  • En cada cuenta pequeña rezamos:

Por Su dolorosa Pasión ten misericordia de nosotros y del mundo entero.

  • Al finalizar los “cinco misterios” de la coronilla rezamos:

Se reza 3 veces: Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero.

Y se reza una vez:

+ “Oh, Sangre y agua que brotaste del Corazón de Jesús, como una fuente inagotable de Gracia y Misericordia para nosotros, en Ti confío.

+ Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío.