SÉPTIMO DÍA:

Hoy, tráeme a las almas que veneran y glorifican mi misericordia, y sumérgelas en mi corazón misericordioso. Estas almas son las que más sufren al contemplar mi pasión, y las que penetraron más profundamente en mi espíritu. Ellas son un reflejo viviente de mi Corazón compasivo.

Estas almas resplandecerán con un esplendor particular en la vida futura. Ninguna de ellas irá al fuego del infierno, porque defenderé de modo especial a cada una de ellas, principalmente a la hora de la muerte.

 

ORACIÓN:

Jesús Misericordiosísimo, cuyo Corazón es el amor mismo, acoge en la morada de tu compasivísimo Corazón a las almas que veneran y ensalzan de modo particular la grandeza de tu misericordia. Estas almas son fuertes con el poder de Dios mismo; en medio de toda clase de aflicciones y adversidades siguen adelante, confiadas en tu misericordia y unidas a Ti. Ellas cargan sobre sus hombros a toda la humanidad. Estas almas no serán juzgadas severamente, sino que tu Misericordia las envolverá en la hora de la muerte.

Padre Eterno, mira con misericordia a aquellas almas que glorifican y veneran tu mayor atributo, es decir, tu Misericordia insondable, y que están encerradas en el compasivísimo Corazón de Jesús.

Estas almas viven conforme al Evangelio: sus manos están llenas de obras de misericordia y sus corazones desbordantes de gozo cantan a Ti, Oh Altísimo, un cántico de misericordia. Te suplico, oh Dios, muéstrales la misericordia según la esperanza y la confianza que han puesto en Ti.

Que se cumpla en ellas la promesa de Jesús, Quien les dijo: «a las almas que veneren mi misericordia, Yo mismo las defenderé, como mi Gloria, durante sus vidas y especialmente en la hora de la muerte.»  Amén.

CORONILLA:

Usando las cuentas del Rosario empezamos con:
Padrenuestro – Ave María – Credo (de los Apóstoles)

  • Al comenzar cada misterio rezamos:

Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, en expiación de nuestros pecados y los del mundo entero.

  • En cada cuenta pequeña rezamos:

Por Su dolorosa Pasión ten misericordia de nosotros y del mundo entero.

  • Al finalizar los “cinco misterios” de la coronilla rezamos:

Se reza 3 veces: Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero.

Y se reza una vez:

+ “Oh, Sangre y agua que brotaste del Corazón de Jesús, como una fuente inagotable de Gracia y Misericordia para nosotros, en Ti confío.

+ Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío.