SEMANA SANTA-el-hijo-de-Dios

 

Seguramente, a través de diversos sitios de Internet, podrás encontrar centenares de reflexiones acerca de la Pasión de nuestro Señor Jesucristo, del Misterio de nuestra Redención, de la obra salvífica que, con tanto sacrificio, llevó adelante Jesús en aquellas terribles horas de dolor…

Todo aquello, si las fuentes que consultemos son las adecuadas, será sin duda de gran provecho para tu alma y para la mía, lo mismo que el ver, o el volver a ver, en estos días, las clásicas y las nuevas películas propias de este tiempo…

¡¡¡Por cierto!!!: Hay una nueva película que, te recomendamos, no te la pierdas: se llama “La Resurrección de Cristo” (el título original en inglés es “Risen”), dirigida por Kevin Reynolds, y brillantemente interpretada por Joseph Fiennes, como “Clavius”, un Tribuno romano a quien Pilatos le encomienda investigar la desaparición del Cuerpo de Jesús. Se trata de un film muy bien pensado, muy bien realizado; interesante aún para los no creyentes, y hasta te diría que dirigido especialmente a ellos: algo que de verdad, vale la pena ver y hacer ver… (Puedes hacer click aqui para ver el avance) La Resurrección de Cristo

Volviendo al tema de esta nota, no es nuestro propósito el darte aquí más de lo que podrías encontrar en muchos otros lugares. Lo único que queremos es invitarte a meditar acerca de lo que, creemos, que Jesús quiere invitarnos a todos a pensar, especialmente en esta Semana Santa Jubilar.

Leemos en el libro de La Pasión lo que el Señor nos dice acerca de Pilatos y de muchos de nosotros en diversas circunstancias:

“Representadas en Pilatos, vi a las almas que carecen de valor y generosidad para romper enérgicamente con las exigencias del mundo y de la naturaleza. En vez de cortar de raíz lo que las conciencia les dice ser del mundo y de la naturaleza, lo que la conciencia les dice no ser del buen espíritu, ceden a un capricho, se recrean en una ligera satisfacción, capitulan en parte con lo que la pasión exige, y para acallar los remordimientos, se dicen a sí mismas: “ya me he privado de esto o de lo otro, y es suficiente.

Yo únicamente diré a esa alma: ¡Me haces flagelar como Pilatos! Ya has dado un paso, mañana otro. ¿Piensas satisfacer de este modo tu pasión? ¡No! Pronto te exigirá más y más.

Como no has tenido valor para luchar con tu propia naturaleza en esta pequeñez, mucho menos la tendrá después, cuando la ocasión sea mayor…”

Quizá al ver la desfiguración del Señor en la película de “La Pasión”, de Mel Gibson, pensemos que a los maquiladores se les fue la mano… Hay quienes dicen que la película es demasiado sangrienta… Sin embargo, leamos lo que nos dice Jesús al respecto en nuestro libro de La Pasión:

“Es tanta la violencia con que Me castigan, que no quedó en Mí un solo lugar que no fuese presa del más terrible dolor… Los golpes y puntapiés me ocasionaron innumerables heridas… Las varas arrancaban pedazos de mi piel y mi carne. La sangre brotaba de todos mis miembros… Caí una y otra vez por el dolor que me causaban los golpes en mi virilidad. Mi cuerpo estaba en tal estado, que más parecía monstruo que hombre. Los rasgos de mi cara habían perdido su forma. Era un solo edema.”

Y de inmediato, agrega: “El pensamiento en tantas almas a quienes más tarde iba a inspirar el deseo de seguir mis huellas, me consumía de amor.”

Luego le habla a Judas y nuevamente, a través de él, a nosotros, diciendo:

“¡Judas! ¿Por qué no vienes a arrojarte a mis pies para que te perdone? Si no te atreves a acercarte a mí por temor a los que me rodean, maltratándome con tanto furor, mírame al menos: verás cuán pronto se fijan en ti mis ojos.”

En seguida, nos deja más claro que este mensaje de Misericordia es para todos:

“Almas que están enredadas en los mayores pecados… Si por más o menos tiempo han vivido errantes y fugitivas a causa de sus delitos, si los pecados de que son culpables los han cegado y endurecido el corazón, si por seguir alguna pasión han caído en los mayores desórdenes, no dejen que se apodere de ustedes la desesperación, cuando los abandonen los cómplices de su pecado y cuando su alma se dé cuenta de su culpa…

Mientras el hombre cuente con un instante de vida, aún tiene el tiempo de recurrir a la Misericordia y de implorar el perdón.

Si son jóvenes, y los escándalos de su vida pasada los han dejado en un estado de degradación ante los hombres, ¡No teman! Aún cuando el mundo los desprecie, los trate de malvados, los insulte, los abandone, estén seguros de que su Dios no quiere que su alma sea pasto de las llamas del infierno. Desea que se atrevan a hablarle, a dirigirle miradas y suspiros del corazón, y pronto verán que Su mano bondadosa y paternal los conduce a la fuente del perdón y de la vida.

Si por malicia has pasado quizá gran parte de tu vida en el desorden y en la indiferencia, y cerca ya de la eternidad, la desesperación quiere ponerte una venda en los ojos, no te dejes engañar: aún es tiempo del perdón.

Oigan bien: si les queda un segundo de vida, aprovéchenlo, porque en él pueden ganar la vida eterna.

Si ha transcurrido su existencia en la ignorancia y el error, si han sido causa de grandes daños para los hombres, para la sociedad y hasta para la Religión, y por cualquier circunstancia conocen su error, no se dejen abatir por el peso de las faltas ni por el daño de que han sido instrumento, sino por el contrario, dejando que su alma se penetre del más vivo pesar, abísmense en la confianza y recurran Al que siempre está esperándolos para perdonarlos.

Lo mismo sucede si se trata de un alma que ha pasado los primeros años de su vida en la fiel observancia de Mis mandamientos, pero que ha decaído poco a poco del fervor pasando a una vida tibia y cómoda…

No ocultes nada de lo que te digo, pues todo es para beneficio de la humanidad entera. Repítelo a la luz del sol, predícalo a aquel que quiere verdaderamente escucharlo.

El alma que un día recibe una fuerte sacudida que la despierta, ve de pronto su vida inútil, vacía, sin méritos para la eternidad. El maligno, con infernal envidia, la ataca de mil maneras, abultándole sus faltas; le inspira tristeza y desaliento, acabando por llevarla al temor, a la desesperación.

Alma que Me perteneces, no hagas caso de ese cruel enemigo y, en cuanto sientas la moción de la gracia al inicio de tu lucha, acude a Mi Corazón; siente, contempla cómo vierte una gota de Su Sangre sobre tu alma y ven a Mí. Ya sabes dónde me encuentro: bajo el velo de la fe… Levántalo y dime con entera confianza tus penas, tus miserias, tus caídas… Escucha con respeto Mis palabras y no temas por lo pasado. Mi Corazón lo ha sumergido en el abismo de Mi Misericordia y Mi amor.

Tu vida pasada te dará la humildad que te llenará. Y si quieres darme la mejor prueba de amor, ten confianza y cuenta con Mi perdón. Cree que nunca llegarán a ser mayores tus pecados que Mi Misericordia, pues es infinita…”

Como hemos resaltado en muchas de nuestras catequesis, particularmente en las que corresponden a este Año Jubilar de la Misericordia, la palabra “Santo/Santa”, en su acepción más profunda, significa “separado”. Por lo tanto, queremos invitarte a que separes esta semana para Dios, y a que te separes de todo lo que podría separarte de Él.

Si no viviste esta Cuaresma como te hubiera convenido y gustado vivirla, preparándote en el espíritu para revivir en profundidad el Misterio de la Pasión, la Muerte y la gloriosa Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo en esta Semana Santa, no te lamentes ni desanimes. El mensaje de la Misericordia del Señor es para todos, y Jesús nos da siempre una nueva oportunidad para enderezar la senda.

Te invitamos pues, en lo que queda de esta Semana Santa, y en la Primera Semana de Pascua, a que te hagas misionero de la Misericordia de Dios. Difunde esta nota especialmente entre aquellos que creas que podrían necesitarla.

Te deseamos una Santa Semana Santa, y la feliz resurrección a una vida nueva, de abundante fruto en la edificación del Reino, en este Feliz Domingo de Resurrección.

 

A continuación te ofrecemos las “Semillitas para el Alma”, grabadas por Catalina, para que puedas reflexionar en esta Semana Santa. Te pedimos que por favor las escuches aquí, sin bajarlas ni reenviarlas. En todo caso, si quieres difundirlas, lo que por supuesto es muy conveniente, envía a tus contactos el link de este espacio, para que puedan escucharlas. ¡Muchas gracias!

http://a-n-e.net/2016/03/23/semana-santa-2016/

SÁBADO SANTO JUNTO A MARÍA
Semillitas para el alma - Domingo
Semillitas para el alma - Lunes
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Semillitas para el alma - Miércoles
Semillitas para el alma - Jueves Santo
Semillitas para el alma - Viernes Santo
Semillitas para el alma - Sábado de Gloria
Semillitas para el alma - Domingo de Resurrección
Semillitas para el alma - Primer Lunes de Pascua

Te ofrecemos un video-musical más, para meditar en la Pasión de nuestro Señor. Puedes hacer click aquí: Saliendo del Pretorio

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