Autor: Francisco

Novena de la Divina Misericordia: Séptimo día

SÉPTIMO DÍA: Hoy, tráeme a las almas que veneran y glorifican mi misericordia, y sumérgelas en mi corazón misericordioso. Estas almas son las que más sufren al contemplar mi pasión, y las que penetraron más profundamente en mi espíritu. Ellas son un reflejo viviente de mi Corazón compasivo. Estas almas resplandecerán con un esplendor particular en la vida futura. Ninguna de ellas irá al fuego del infierno, porque defenderé de modo especial a cada una de ellas, principalmente a la hora de la muerte.   ORACIÓN: Jesús Misericordiosísimo, cuyo Corazón es el amor mismo, acoge en la morada de tu compasivísimo Corazón a las almas que veneran y ensalzan de modo particular la grandeza de tu misericordia. Estas almas son fuertes con el poder de Dios mismo; en medio de toda clase de aflicciones y adversidades siguen adelante, confiadas en tu misericordia y unidas a Ti. Ellas cargan sobre sus hombros a toda la humanidad. Estas almas no serán juzgadas severamente, sino que tu Misericordia las envolverá en la hora de la muerte. Padre Eterno, mira con misericordia a aquellas almas que glorifican y veneran tu mayor atributo, es decir, tu Misericordia insondable, y que están encerradas en el compasivísimo Corazón de Jesús. Estas almas viven conforme al Evangelio: sus manos están llenas de obras de misericordia y sus corazones desbordantes de gozo cantan a Ti, Oh Altísimo, un...

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Novena de la Divina Misericordia: Sexto día

SEXTO DÍA: Hoy, tráeme a las almas mansas y humildes, y a las almas de los niños pequeños y sumérgelas en mi misericordia. Estas son las almas semejantes a mi Corazón. Ellas me fortalecieron durante mi amarga agonía. Las veía como ángeles terrestres, que velarían al pie de mis altares. Sobre ellas derramo torrentes enteros de gracia. Solamente el alma humilde es capaz de recibir mi gracia; concedo mi confianza a las almas humildes. ORACIÓN: Jesús Misericordiosísimo, Tú mismo has dicho: «Aprendan de mi que soy manso y humilde de Corazón». Acoge en la morada de tu compasivísimo Corazón a las almas mansas y humildes, y a las almas de los niños pequeños. Estas almas llevan a todo el cielo al éxtasis y son las preferidas del Padre Celestial. Son un ramillete perfumado ante el trono de Dios, de cuyo perfume se deleita Dios mismo. Estas almas tienen una morada permanente en tu compasivísimo corazón y cantan sin cesar un himno de amor y misericordia por la eternidad. Padre Eterno, mira con misericordia a las almas mansas y humildes y a las almas de los niños pequeños que están encerradas en el compasivísimo Corazón de Jesús. Estas almas son las más semejantes a tu Hijo. Su fragancia asciende desde la tierra y alcanza tu trono. Padre de misericordia y de toda bondad, te suplico por el amor que tienes...

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Novena de la Misericordia: Quinto día

QUINTO DÍA: Hoy, tráeme a las almas de nuestros hermanos separados y sumérgelas en el mar de mi misericordia. Durante mi amarga pasión, desgarraron mi cuerpo y mi Corazón, es decir: mi Iglesia. Según regresan a la Iglesia, mis llagas cicatrizan y de ese modo alivian mi pasión. ORACIÓN: Jesús Misericordiosísimo, que eres la bondad misma, Tú no niegas la luz a quienes te la piden. Acoge en la morada de tu compasivísimo corazón a las almas de nuestros hermanos separados,  llévalas con tu luz a la unidad con la Iglesia y no las dejes escapar de la morada de tu compasivísimo Corazón, sino haz que también ellas glorifiquen la generosidad de tu misericordia. Padre Eterno, mira con misericordia a las almas de nuestros hermanos separados, especialmente a aquellos que han malgastado tus bendiciones y han abusado de tus gracias por persistir obstinadamente en el error, ya que también ellos están encerrados en el compasivísimo Corazón de Jesús. No mires sus errores, sino el amor de tu Hijo y la amarga pasión que sufrió por ellos. Haz que también ellos glorifiquen tu gran misericordia por los siglos de los siglos. Amén. CORONILLA: Usando las cuentas del Rosario empezamos con: Padrenuestro – Ave María – Credo (de los Apóstoles) Al comenzar cada misterio rezamos: Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo...

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Novena de la Misericordia: Cuarto día

CUARTO DÍA: Hoy, tráeme a aquellos que no creen en Dios, y a aquellos que todavía no me conocen. También pensaba en ellos durante mi amarga pasión y su futuro celo consoló mi corazón. Sumérgelos en el mar de mi misericordia. ORACIÓN: Jesús compasivísimo, que eres la luz del mundo entero, acoge en la morada de tu piadosísimo Corazón a las almas de aquellos que no creen en Dios y de aquellos que todavía no te conocen. Que los rayos de tu gracia las iluminen, para que también ellas, unidas a nosotros, ensalcen tu misericordia admirable y no las dejes salir de la morada de tu compasivísimo Corazón. Padre Eterno, mira con misericordia a las almas de aquellos que no creen en Ti y de los que todavía no te conocen, pero que están encerrados en el compasivísimo Corazón de Jesús. Atráelas hacia la luz del Evangelio. Estas almas desconocen la gran felicidad que es amarte. Concédeles que también ellas ensalcen la generosidad de tu misericordia por los siglos de los siglos. Amén. CORONILLA: Usando las cuentas del Rosario empezamos con: Padrenuestro – Ave María –  Credo (de los Apóstoles)… Al comenzar cada misterio rezamos: Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, en expiación de nuestros pecados y los del mundo entero. En cada cuenta pequeña...

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Novena de la Misericordia: Tercer día

TERCER DÍA: Hoy, tráeme a todas las almas devotas y fieles, y sumergelas en el mar de mi misericordia. Estas almas me consolaron a lo largo del viacrucis. Fueron una gota de consuelo en medio de un mar de amargura. ORACIÓN: Jesús Misericordiosísimo que desde el tesoro de tu misericordia les concedes a todos tus gracias en gran abundancia, acógenos en la morada de tu compasivísimo Corazón y nunca nos dejes escapar de el. Te lo suplicamos por el inconcebible amor tuyo con que tu corazón arde por el Padre Celestial. Padre Eterno, mira con misericordia a las almas fieles como herencia de tu hijo y por su dolorosa pasión concédeles tu bendición y rodéales con tu protección constante para que no pierdan el amor y el tesoro de la santa fe, sino que con toda la legión de los ángeles y los santos, glorifiquen tu infinita misericordia por los siglos de los siglos. Amén. CORONILLA: Usando las cuentas del Rosario empezamos con: Padrenuestro – Ave María – Credo (de los Apóstoles) Al comenzar cada misterio rezamos: Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, en expiación de nuestros pecados y los del mundo entero. En cada cuenta pequeña rezamos: Por Su dolorosa Pasión ten misericordia de nosotros y del mundo entero. Al finalizar los “cinco misterios”...

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